Horas después de la captura de Ismael «El Mayo» Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán, por autoridades estadounidenses, el Ejército ha intensificado la seguridad en Sinaloa. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó que 200 elementos de fuerzas especiales llegaron a la Base Aérea Militar No. 10 Bachigualato para fortalecer la estrategia de seguridad en la región.
Estos efectivos llegaron al Aeropuerto de Culiacán a bordo de un avión Boeing 727 de la Guardia Nacional, partiendo de la Ciudad de México a las 8:35 y aterrizando a las 09:08 en horario local. Las fuerzas especiales son conocidas por su rapidez y capacidad de despliegue, permitiéndoles realizar operativos de inteligencia y reacciones rápidas con armamento de alto calibre.
Expertos en seguridad descartan una pugna interna tras la captura de los líderes del Cártel de Sinaloa. Eduardo Guerrero, consultor en seguridad, señaló que el cártel está bien institucionalizado y es poco probable que se fragmente. Además, aseguró que el grupo tiende a cohesionarse en momentos críticos.
David Saucedo, otro especialista en temas de seguridad, mencionó que la sucesión dentro de la facción de «El Mayo» está garantizada, probablemente a favor de uno de sus hijos. En la misma línea, Javier Oliva, experto en seguridad nacional y fuerzas armadas, opinó que la captura no afectará significativamente el tráfico de drogas, ya que siempre hay líderes dispuestos a tomar el control, sean hijos, sobrinos o hermanos.
En resumen, aunque la captura de Zambada y Guzmán López representa un golpe significativo, el Cártel de Sinaloa parece tener los mecanismos para mantener su estructura y operación. Las fuerzas de seguridad continúan trabajando para asegurar la estabilidad en la región y prevenir cualquier intento de desestabilización.