Este domingo, Venezuela celebrará unas elecciones presidenciales que se perfilan como las más significativas de la última década. Diez candidatos competirán por la presidencia, en una contienda que podría significar la continuidad del chavismo, en el poder desde hace 25 años, o un cambio radical de gobierno.
A pocas horas de la apertura de los 15,767 centros de votación, programada para las 6:00 (10:00 GMT), crece la expectativa. La oposición mayoritaria, encabezada por Edmundo González Urrutia, participa en estos comicios por primera vez desde las elecciones parlamentarias de 2015, cuando obtuvo la victoria.
Entre los candidatos se encuentra el actual presidente, Nicolás Maduro, quien busca un tercer mandato consecutivo. Además, los más de 21 millones de votantes registrados podrán elegir entre otros aspirantes como el pastor evangélico Javier Bertucci, el comediante Benjamín Rausseo, y varios exalcaldes y diputados, destacando Enrique Márquez, cercano a la oposición.
En el exterior, 69,211 venezolanos están habilitados para votar en 104 representaciones diplomáticas y consulares, a pesar de que millones más han emigrado. Según la ONU, aproximadamente cuatro millones de venezolanos en edad de votar viven fuera del país, aunque el gobierno reduce esta cifra a dos millones.
Aime Nogal, presidenta de la Comisión de Participación Política y Financiamiento del Consejo Nacional Electoral (CNE), afirmó que todo está preparado para que estos venezolanos puedan ejercer su derecho al voto.
Tanto el chavismo como la oposición han instado a los ciudadanos a votar y proteger cada sufragio. El destino de Venezuela, aún en crisis a pesar de algunas mejoras económicas recientes, dependerá de estos comicios.
La comunidad internacional observa con atención este proceso, especialmente después de una campaña marcada por denuncias de la oposición sobre detenciones y amenazas. Varios países de la región han expresado su preocupación y su deseo de que las elecciones se desarrollen pacíficamente y los resultados sean respetados.
Para garantizar la seguridad del proceso, más de 388,000 miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y otros cuerpos de seguridad han sido desplegados en todo el país. Además, 700 funcionarios de la Defensoría del Pueblo supervisarán el funcionamiento de las máquinas de votación y velarán por los derechos humanos de los votantes, mientras que 1,236 fiscales estarán listos para intervenir en caso de irregularidades.
Desde el viernes, se ha implementado un cierre fronterizo y un estricto control en aduanas y accesos aéreos y marítimos, medidas que estarán vigentes hasta el lunes por la mañana. Esta medida busca garantizar un proceso electoral seguro y sin interferencias externas.
Venezuela se encuentra en un punto crucial, y el resultado de estas elecciones definirá su futuro inmediato y posiblemente el rumbo a largo plazo del país.