Hamás anunció este martes que su líder político, Ismail Haniyeh, fue asesinado en un ataque aéreo israelí en Teherán. Haniyeh, que residía en Qatar, se encontraba en Irán para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente reformista, Masud Pezeshkian.
En un comunicado, Hamás confirmó la muerte de Haniyeh, calificándolo como un «mártir combatiente» que falleció tras una «redada traicionera sionista» en su residencia en la capital iraní. Este ataque se produjo después de que Haniyeh participara en la ceremonia de investidura del presidente iraní.
Israel había prometido eliminar a los líderes de Hamás tras la incursión del grupo el pasado 7 de octubre. La muerte de Haniyeh ocurre poco después de que Israel realizara otro ataque en Beirut, que resultó en la muerte de Fuad Shukr, el «jefe militar de mayor rango» del grupo chií libanés Hizbulá y asesor cercano de su líder, Hasán Nasrallah.
El ejército israelí confirmó el ataque en Beirut y señaló que Shukr era responsable de la formación estratégica de Hizbulá y de un ataque en Majdal Shams que resultó en la muerte de 12 menores. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que la respuesta de Israel a Hizbulá sería dura y llegaría pronto.
La comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, está mediando para evitar que la represalia de Israel se convierta en una guerra abierta en la frontera entre Israel y Líbano, que vive su mayor tensión desde 2006.